La innovación abierta permite a una organización sumar recursos internos y externos a su capacidad de innovación. El objetivo de ello es alcanzar ventajas competitivas o beneficios sobre su entorno, como puede ser un mayor conocimiento y una mejor oferta sobre su mercado, o contribuir a la consecución de mejoras que afecten a la sociedad y la vida de las personas.
Aunque la aplicación de la innovación abierta más lógica pueda parecer la co-creación de nuevos productos y servicios junto a distintos grupos de colaboradores, a continuación, resumimos algunas de sus otras aplicaciones.
Diseño co-creativo de productos y servicios con colaboradores externos.
Una de las grandes ventajas de la innovación abierta es el acceso a fuentes externas de talento. La generación de un ecosistema de innovación con los distintos grupos de colaboradores y de interés de una organización permite ampliar su perspectiva de innovación, al sumar voces de fuera (más diversidad, pensamiento disruptivo e ideas ‘out of the box’), y multiplicar el número de cerebros que trabajan sobre una solución.
Asimismo, permite acelerar la capacidad de innovación de las organizaciones y reducir el time to market del lanzamiento de nuevos productos y servicios, así como sus costes de desarrollo.
Es por ello que cada vez más organizaciones, sin importar su industria, se abren a co-crear con sus colaboradores mediante canales que permitan captar y desarrollar nuevas ideas con agilidad.
Desarrollo y aplicación de una cultura interna de innovación
La innovación es un valor clave para que una organización destaque en su sector y se diferencie de sus competidores. Por ello, es lógico pensar que deba aplicarse al máximo posible de áreas, de cara a multiplicar su impacto.
Sacar la innovación de los despachos, y hacer a toda una organización participe de ella es un primer paso para lograr este objetivo. Y las ventajas de ello son múltiples.
La innovación colaborativa, abierta a todos los miembros de una organización, sin importar su área o rango jerárquico, permite un mejor aprovechamiento del talento interno, detectar perfiles intraemprendedores, fomentar la colaboración y la ruptura de silos y, en resumen, acelerar la transformación de una organización.
Banco Sabadell, innovación abierta al talento interno.
Banco Sabadell cuenta desde hace una década con una comunidad de ideación abierta a las contribuciones de sus empleados. Se trata de un canal que permite combatir la fragmentación geográfica del banco y contribuye a generar una cultura interna de innovación. La comunidad ha compartido más de 28.000 ideas y ha dado lugar a varios quick wins evolutivos.
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Captación de tendencias e insights a gran escala.
Además de captar nuevas ideas, la creación de redes abiertas de colaboración con distintos grupos de interés también permite acceder a información relevante de un mercado y de sus consumidores.
Captar insighs a gran escala, de grandes audiencias o de un target segmentado, permite a las organizaciones conocer tendencias e información precisa de su mercado, de cara a tomar decisiones relevantes o detectar oportunidades de negocio.
Crear una comunidad en torno a una marca y a los intereses de los consumidores suele ser un recurso habitual para ello. Con ella, se fomenta la co-creación y el entendimiento entre una marca y su mercado, lo que da lugar a una oferta de valor más ajustada a necesidades reales. Por ejemplo, dentro del sector hotelero el Grupo Hotusa se sirve de una comunidad para co-crear con sus clientes cómo deben ser los hoteles del futuro
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Guía de cómo obtener insights e ideas para innovar junto al consumidor.
Alianzas público-privadas con efecto sobre la sociedad
Finalmente, la innovación abierta también tiene entre sus aplicaciones potenciales el ahondar en las alianzas entre sector público y privado de cara a impulsar mejoras que afecten a un gran colectivo.
Los consorcios entre instituciones y empresa privada, y la colaboración con startups y emprendedores, entre otros, permiten generar un ecosistema abierto desde el que desvelar nuevas ideas y movilizar los recursos necesarios para impulsarlas y creando cambios positivos en la sociedad.
Construyendo una ciudad en comunidad.
Santander es un ejemplo de urbe que se abre a escuchar a sus vecinos y a los diversos colectivos de la ciudad. Para ello cuenta con Santander City Brain, una plataforma en la que, junto a ellos, la administración construye un futuro más resiliente y sostenible en comunidad.
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