El momento actual pone de relieve que, si estamos juntos y coordinados, somos más fuertes. La incertidumbre sobre el presente y nuestro futuro próximo -con nubarrones como los pronosticados por el FMI, de una caída del 8% del PIB de España para este año- señala la necesidad de que las empresas refuercen (o incluso reinventen, innovando) su relación con su mercado, cadena de colaboradores y grupos de interés.
Por sus características naturales, los clusters empresariales tienen en dicha unión y colaboración una fortaleza inherente desde la que promover el desarrollo, competitividad e innovación, algo que adquiere especial relevancia ante la necesidad colectiva de reactivación económica.
En el contexto de esta circunstancia, las redes de colaboración son más potentes cuando son digitales, ya que multiplican exponenciálmente las relaciones productivas entre sus miembros y ayudan a hacer más sólida su relación con los jugadores clave de su ecosistema.
El siguiente gráfico muestra, en un primer nivel, la estructura de red de un cluster, y cómo la colaboración entre sus asociados reporta beneficios como una mayor eficiencia y agilidad. En un segundo nivel, se ven las conexiones con los principales actores de juego con los que se relaciona (legislador, inversores…).
En ambos niveles es necesario acelerar, reforzar las conexiones productivas, la colaboración en remoto, la adaptación (innovación) y el entendimiento ante los cambios sobrevenidos que vivimos.
Pertenecer y actuar en comunidad será clave para salir de la crisis del COVID-19.
Por eso, mostramos 10 ventajas de cómo la creación de redes de colaboración digitales pueden fortalecer a los clusters, apoyar la reactivación económica y ayudar a reconfigurar la relación con sus distintos grupos de interés.
1.Más conocimiento abierto y recursos compartidos
Cuando crea una red digital de este tipo entre sus asociados, un cluster tiene más facilidades en una de sus funciones básicas: el acceso a recursos y conocimiento compartidos. Pero, además, puede ir más allá trabajando en tiempo real y de forma cooperativa sobre dicha base compartida (👇)
2.Co-creación y colaboración en remoto
En una red de colaboración de este tipo, los participantes comparten propuestas online y trabajan de forma colaborativa (co-crean) sobre ellas. Todo el ecosistema de actores de un cluster suman fuerzas y participan -en cualquier momento, desde cualquier lugar- en el hallazgo de soluciones innovadoras que fortalezcan su actividad.
3.Eficiencia y agilidad
Al multiplicarse el número de personas y talentos implicados en la ideación de soluciones, también lo hace el número de ellas. Asimismo, al colaborar sobre un entorno compartido se promueve el trabajo sobre las mismas prioridades: hay más eficiencia y rapidez para llevar soluciones al mercado, algo clave para un cluster, pero también de cara a aumentar la competitividad de sus asociados.
4. Clusters e innovación colectiva
Las conexiones en red favorecen la fertilización cruzada de ideas. También aprovechan la diversidad (de talentos, de expertises) de un cluster: todos sus miembros comparten y aprenden, se generalizan buenas prácticas y el apetito por la innovación entre ellos.
5.Derribar barreras para escalar en distintas direcciones
Al colaborar en remoto, un cluster rompe con barreras físicas o geográficas: puede trabajar con más ahínco en proyectos desde su ámbito local, que persigan la relocalización, internacionalización de sus actividades o fortalecer las relaciones con su entorno.
Pero, además de estas ventajas internas, las comunidades y redes de colaboración ofrecen a los clusters otros beneficios en la relación con su ecosistema:
6.Confianza mutua, como BAU (Business As Usual)
Estas plataformas digitales refuerzan la reputación de los clusters sobre valores como la colaboración, la innovación, la confianza y la transparencia; que también se extienden y apoyan al entendimiento con su ecosistema de asociados, inversores, administración…
7. Acceso a nuevos a hubs creativos y de talento…
Un cluster atrae al talento de su área sectorial o geográfica. Pero con una comunidad colaborativa va más allá, al colaborar con otros actores como emprendedores, startups o universidades… sin importar su lugar de origen. En resumen, puede utilizar la innovación abierta para sumar a expertos de diversos ámbitos (legisladores, investigadores…) de cara, por ejemplo, a crear o explotar conjuntamente nuevos negocios (👇)
8…. Y a un mayor conocimiento del sector y de sus actores
Creando comunidad a su alrededor, los clusters pueden preguntar a sus grupos de interés para forjar relaciones de interés mutuo. Por ejemplo, pueden abrir espacios de participación a los consumidores y convertirles en un colaborador más: en ese sentido, recibir sus ideas e insights de valor puede ayudar a conocer y satisfacer sus necesidades, especialmente en un contexto tan cambiante como el actual.
9… y a una mayor fidelización del consumidor
El beneficio de contar con la voz del consumidor es doble: se pueden ofrecer productos más alineados a sus necesidades, pero también ahondar en su fidelización, tanto por esa mejora de la oferta como por el hecho de escucharles.
10. Y finalmente: ser parte de una comunidad para dar valor a ella
Aprovechar los recursos y talento de su zona es básico en un cluster, y tiene efecto sobre la dinamización y riqueza de su entorno, en lo económico y en otras esferas: la crisis actual pone de relieve la creciente importancia para la sociedad de valores como la proximidad o la sostenibilidad y su relación con el desarrollo e innovación local.
En definitiva, actuar en comunidad promueve la construcción de una comunidad más fuerte.
Favorece las conexiones necesarias para fortalecer el desarrollo de tu cluster con impacto sobre tu entorno y grupos de interés.
Conoce nuestro software de innovación abierta y colaboración en remoto.
